Formación y cierre de la placa neuronal

El proceso de neurulación implica desde la inducción de la notocorda (Formación de la placa neural) hasta el cierre del neuroporo caudal (Cierre de la placa neural).

En la tercera semana en la línea media de la región dorsal del embrión, la notocorda junto con el mesodermo estimula al ectodermo (neuroectodermo), se engruesan y forman así la placa neural. Al término de esta tercera semana, cuando la gastrulación va concluyendo, la placa neural sufre ciertos cambios que conllevan a la formación del tubo neural. Dicha neurulación puede ser primaria o secundaria; en la neurulación primaria (parte anterior de la capa) las células de la placa neural se proliferan y se elevan, hasta convertirse en los pliegues neurales, los cuales se fusionan para formar el tubo neural; en la neurulación secundaria (parte posterior de la placa) el tubo neural se forma de inicio como una barra densa que posteriormente se ahueca hasta formar el tubo neural secundario.

La fusión comienza en la región cervical y continúa con el cefálico y caudal, mientras esto sucede, los bordes libres del ectodermo superficial se separan del tubo neural, formándose el epitelio epidérmico. La fusión de los pliegues neurales no sucede al mismo tiempo, primero la luz del tubo se comunica con la cavidad amniótica a través de los neuroporos craneal y caudal, después en el día 25 se cierra el neuroporo craneal y en el día 27 el neuroporo caudal, ambos cierres desarrollan la circulación sanguínea hacia el tubo neural. Las células de la cresta neural se colocan en el mesodermo adyacente para transformar el neuroectodermo en una masa aplanada e irregular que rodea al tubo neural. Luego del cierre completo del tubo neural se inicia el desarrollo de los segmentos sacros bajos y coccígeos por medio de procesos de canalización y diferenciación regresiva.